Psicología para Adultos:
A lo largo de nuestra vida nos podemos encontrar con algunos problemas psicológicos y/o emocionales, ante los que necesitamos ayuda profesional para solventarlos.
La terapia psicológica te ayuda precisamente a esto, ayudándote a entender también cuál es el origen de tu problema y qué es lo que hace que éste se mantenga. Además, con ayuda del psicológ@, encontrarás alivio a tu malestar y aprenderás herramientas para que este cambio se mantenga en el tiempo, consiguiendo así un bienestar psicológico y una mayor estabilidad emocional.
CUIDAR DE TU MENTE, ES CUIDAR DE TU SALUD.
Éstos son algunos de los problemas más habituales:
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Problemas de estado de ánimo: depresión, manía, trastorno bipolar, depresión postparto...
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Ansiedad: estrés, ansiedad generalizada, crisis de ansiedad, agorafobia, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, hipocondría, trastorno de estrés postraumático, etc.
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Procesos de Duelo: pérdida de un ser querido (pareja, amistades, familiar, duelo perinatal por aborto voluntario o espontáneo durante el embarazo, nacimiento o tras los primeros meses de vida, duelo por mascotas o animales de compañía...) o cualquier otro tipo de pérdida (trabajo, etc.)
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Problemas de adaptación a un cambio (de trabajo, lugar de residencia, divorcio o ruptura sentimental, etc.)
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Autoestima: inseguridad, desvalorización, rechazo hacia uno mismo, sentimientos de inferioridad, hacia su cuerpo o hacia algún aspecto concreto de uno mismo, etc.
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Dificultad o problemas en las relaciones sociales: falta de habilidades sociales y/o de comunicación, problemas de asertividad, miedo a hablar en público, fobia social, problemas familiares, sociales, laborales, etc.
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Violencia de género: maltrato físico y/o psicológico.
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Problemas laborales: estrés laboral, burnout, orientación para la búsqueda de empleo, problemas de relación con compañeros o jefes, problemas de desconexión, acoso laboral (mobbing), acoso sexual, etc.
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Problemas del sueño: insomnio, hipersomnia, parasomnias, apneas, narcolepsia, terrores nocturnos, pesadillas, etc.
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Trastornos de la alimentación: atracones, ingesta compulsiva, anorexia, bulimia, gestión de la ansiedad a través de la ingesta, etc.
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Problemas de control de impulsos: control de la ira, agresividad, compras compulsivas, otras conductas compulsivas.
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Afrontamiento de enfermedades crónicas y de enfermedades terminales, tanto para el propio enfermo como para sus familiares, pareja o cuidadores (rol y cuidados del propio cuidador): fibromialgia, migrañas, psicooncología, hipertensión, etc.
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Trastornos de personalidad.
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Problemas sexuales: anorgasmia, problemas de erección, eyaculación precoz, eyaculación retardada, impotencia, bajo deseo sexual, dudas en la orientación/identidad sexual o en cómo comunicarlo al entorno, dolor genital en las relaciones sexuales, vaginismo, cambios en la respuesta sexual con la edad, parafilias, etc.
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Problemas de pareja: cambios sustanciales en la de vida de pareja, conflictos, celos, infidelidades, preparación para que la llegada de un bebé no repercuta negativamente a la relación de pareja, afrontamiento del embarazo...
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Dificultades para afrontar una ruptura sentimental, separación o divorcio.