Psicología para Adolescentes:
El ritmo de vida que llevamos, las obligaciones externas y las dificultades para conciliar la vida familiar y profesional, nos impide en ocasiones atender y dedicar todo el tiempo que nos gustaría a nuestros hijos. Y si a esto le añadimos que nadie te da un manual de instrucciones de cómo ser padre/madre ni de cómo prevenir o identificar problemas psicológicos en nuestros hijos... Aún se hace más complicado saber cómo tratar con ellos. La orientación y el apoyo psicológico en la adolescencia es clave para la prevención de problemas más severos en esta complicada etapa del desarrollo.
CUIDAR TU MENTE, ES CUIDAR DE TU SALUD.
Lo habitual en este tipo de intervención psicológica es trabajar junto a los padres (no sólo con los adolescentes) para ofrecerles nuevas pautas de interacción, normas y límites, habilidades y estrategias, etc. para que el desarrollo de su hij@ sea más eficaz y adaptativo, consiguiendo así su bienestar y el de toda la familia.
Algunos de los problemas más habituales suelen ser:
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Problemas de estado de ánimo: bajo estado de ánimo, inestabilidad emocional y oscilaciones significativas, riesgo de suicidio, etc.
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Ansiedad: ansiedad generalizada, crisis de ansiedad, agorafobia, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, hipocondría, trastorno de estrés postraumático, etc.
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Fobias y miedos.
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Procesos de Duelo: pérdida de un ser querido, duelo perinatal por aborto voluntario o espontáneo durante el embarazo, el nacimiento o en los primeros meses de vida. Otro tipo de pérdidas.
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Problemas de adaptación a un cambio: lugar de residencia, ruptura sentimental, etc.
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Autoestima: inseguridad, desvalorización,complejos, rechazo hacia uno mismo, hacia su cuerpo o hacia algún aspecto concreto de uno mismo, etc.
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Dificultad o problemas en las relaciones sociales: falta de habilidades sociales, comunicación y/o de asertividad, miedo a hablar en público, timidez, fobia social, etc.
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Conflictos familiares.
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Problemas académicos o escolares: bajo rendimiento o fracaso escolar, malos hábitos de estudio, acoso escolar o bullying, etc.
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Problemas del sueño.
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Trastornos de la alimentación: atracones, ingesta compulsiva, anorexia, bulimia, gestión de la ansiedad a través de la ingesta, etc.
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Dificultades para afrontar una ruptura sentimental.
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Problemas en la conducta sexual o necesidad de orientación y educación sexual.
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Dificultades para afrontar una separación o divorcio de los padres.
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Problemas de alimentación (anorexia, bulimia, trastorno de pica, obesidad, etc.)
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Otros problemas de conducta: celos, desobediencia, llamadas de atención, llanto incontrolado, rabietas, agresividad, problemas control de la ira, etc.
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Adicción a sustancias: alcohol, tabaco, marihuana, éxtasis, cocaína, etc.
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Adicción a nuevas tecnologías: videojuegos, móviles, redes sociales, etc.